La Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María fue fruto de la decidida motivación del Padre francés Pierre Coudrin, su fundador, quien se sintió llamado a crear una comunidad misionera sin límites de fronteras y a partir de 1825 transformó a la evangelización y la formación estudiantil en sus tareas de vida. En 1834 comenzó la expansión de esta comunidad de sacerdotes a América, específicamente a la Polinesia Francesa, extendiéndose más tarde a Chile, donde en 1848 el Padre Dourmer obtuvo la autorización para establecer en Santiago un establecimiento educacional con características similares al abierto en Valparaíso en 1837.
Junto a ello se adquirió un terreno en la Alameda de Las Delicias con el Callejón, que pertenecía a Rosario Albano de Montt. En febrero de 1849, el nuevo Colegio de los Sagrados Corazones, más conocido como de los “Padres franceses”, abrió sus puertas a un reducido número de alumnos, todos en calidad de internos y pertenecientes a una acomodada elite capitalina, promoviendo con su apertura una nueva pedagogía basada en el estilo de enseñanza europeo.
“Hemos creído en el amor”.
Sagrados Corazones de Jesús y de María. Esta antigua advocación invita a contemplar el amor de Dios simbolizado en los corazones de su hijo Jesucristo y de su madre, María, inculcando en los fieles que todo debe ser reflejo de ese sentimiento.
María Virginia Rojas Acuña.
